Me dijo que era un hombre orgulloso de su tierra y sus raíces, pero que mi inocente búsqueda había sido en vano. El cholo no existe, me dijo. No es un hombre, sino una categoría; no es una raza, sino un arma con la que defendemos nuestro miedo a la igualdad. Cuando choleamos trazamos límites, levantamos murallas, distinguimos. Pero sobre todas las cosas, nos descubrimos.
Interesante relato de Martín Wong en el imprescindible blog amazónico Diario de Iquitos. Otra reflexión más para ilustrar el Glosario Racista.
0 Respuestas to “El cholo perdido”